jueves, 11 de junio de 2009

COSAS QUE PUEDES HACER EN UNA LECTURA DE POESÍA CUANDO TE GUSTA EL POEMA PERO NADIE ESTÁ APLAUDIENDO Y TÚ NO QUIERES SER LA ÚNICA.


Procura mostrarte conmovida.
Mueve la cabeza con ánimo.
Suspira.
Di Mmmmm.
Muestra que estás muy conmovida.
A escondidas pregúntales a otros lo que piensan acerca del poeta;
si les cae bien, haz un pacto para aplaudir al terminar el
siguiente poema, sea bueno o malo.
Ríe calladamente.
Ríe a carcajadas.
Frótate la nariz.
Solloza.
Gime.
Cambia de lugar en la silla, cruza y vuelve a cruzar tus
hermosos muslos.
Párate y agita los brazos como si tuvieras banderas al final de
la carrera.
Quítate la camisa y agítala como diciéndole al poeta Bienvenido a casa.
Canta You Light Up My Life, luego I Want You, I Need You, I Love You.
Saca la cartera y avienta tu dinero sobre las piernas del poeta.
Saca una pistola, asalta a todos en el cuarto, luego avienta
todo el dinero de ellos en las piernas del poeta.
Ábrete las venas, y dale al poeta un termo de tu sangre.
Cédele todos los derechos de propiedad de tu BMW, tu casa,
tu yate, abandona todo, y sigue al poeta.
Ayúdale al poeta a ganar premios, a publicar libros, etcétera,
usando tu influencia, tus familiares ricos y tus contactos.
Colúmpiate del candelabro, proclamando las virtudes del poeta;
si no hay candelabros, cuelga unos y luego procede.
Trae arrastrando un bloque de mármol, y haz una estatua del poeta.
Saca un volumen de las obras completas de Shakespeare,
borra el nombre Shakespeare, y escribe el nombre del poeta.
Transcribe la Biblia a un disco floppy, luego usando el mandato de Encontrar y Reemplazar, sustituye el nombre del poeta por el de Dios.
Siéntate sin moverte, considera qué bajo ha caído la poesía moderna, piensa en todo lo que ha sacrificado el poeta para
estar aquí, cómo ha de haber arruinado su vida por esta arte despiadada,
aunque sabes bien que la suerte del poeta no es peor,
no es más trágica, que la de otros artistas,
o de cualquiera que trata de hacer buenas obras en un mundo basura,
un trabajo con amor en un mundo que gruñe,
un trabajo con alma en un mundo sin alma,
trabajo bondadoso, en un mundo cruel,
un trabajo generoso en un mundo que empuña,
un trabajo expresivo en un mundo que suprime,
un trabajo con sabor en un mundo malcarado,
un trabajo vivo en un mundo muerto,
entendiendo esto, y claro está, el poeta no es ningún mártir, ningún santo, la poesía es egotística, acaparadora como todo, pero sigue siendo admirable, sigue siendo digna,
tú de verdad lo crees, mientras permaneces allí sentada, en silencio, habiéndote gustado el poema, sientes gratitud, esperas que de alguna manera lo sepa el poeta.

Charles Harper Webb
Traducción de Juan Hernández-Senter

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