jueves, 15 de enero de 2009

CUAJINICUILAPA, GUERRERO.

Mamá se ha vuelto completamente loca y se ha partido la cadera a la mitad. Me ha tocado cuidarla esta noche para que no caiga de la cama. No para de decir cosas que no comprendo y de mover la única pierna que le funciona bien todavía. Mi madre se ha vuelto loca. Yo imagino que cruzo Cuajinicuilapa, Guerrero en una vieja Chevrolet. Es de noche y casi olvido que no sé manejar. Pero manejo la camioneta con una guitarra en el regazo. La camioneta huele a orines. El olor de los orines no me deja concentrar ¿He escrito bien Cuajinicuilapa? Si tú quieres podremos saltar desde una roca hacia el mar, que esta cerca de Cuajinicuilapa. Y por la noche quemar fuegos artificiales en la playa como si fuera año nuevo. Pero no tendrás que llamarme por teléfono esta vez porque estaremos juntos ahí en Cuajinicuilapa, Guerrero. En la noche haremos un pollo asado y tocaré para ti una canción con los tres únicos acordes que me sé. La tocaré para ti en mi guitarra. Soñé que estaba en el fondo del mar y que desde ahí extendía los brazos hacia algo que parecía ser tu silueta nadando sobre la superficie. Ya no tendremos que hablar de mamá porque mamá habrá muerto ¿Por qué la gente tiene tanto miedo a morir? Cuando muera no quisiera reencontrarme con nadie que conozca. Quisiera tener amigos nuevos, o mejor aún, quisiera no tener amigos. Te tengo una buena noticia por todas esas veces que discutimos y que te rompí el corazón cuando dije cosas que no debía. Cuando me acosté con otras mujeres. Cuando me acosté con la mayoría de las mujeres que conocí por ti. Cuando te prometí que iba a reinscribirme a la universidad. Cuando estaba drogándome en el baño. Cuando te dije que buscaría un trabajo mejor. Cuando te dije que pensaba que tus amigos eran unos idiotas. Cuando te dije que iba a ponerme a dieta. Cuando te dije que iba a dejar de beber. Cuando te dije mi nombre por primera vez. Quiero que tomes el Metro ahora y vengas por mí a Santa Ursula, Ciudad de México. Entonces no tendremos que hablar de todas estas pendejadas porque mamá habrá muerto. Hablaremos de eso y cuando estés dormida te daré una noticia grandiosa: un día tú y yo estaremos muertos también y no tendrás que preocuparte por nada. Si al menos pudieras recordar el día en que estábamos a punto de besarnos y yo tímido miraba nervioso a todas partes sin decidirme a dar el primer paso, si pudiera garantizar que vas a recordar ese momento, entonces me gustaría enterrar a toda la gente a la que he dado la mano y tocar una canción para ellos con mi guitarra.

1 comentario:

la granota dijo...

Me lo he leído sin respirar. Era lo que buscabas, no? Casi me muero :)